En la cuarta acepción de la RAE
encontramos lo siguiente:
Etiqueta:
4. f. Marca, señal o marbete que se
coloca en un objeto o en una mercancía, para identificación, valoración,
clasificación, etc.
Hoy en día a todo se le tiene que poner nombre. ¿Es movidito?
TDAH; ¿Inmigrante? A diversificación; ¿Sordo? Ay pobre... no se va a enterar de
nada. Y así un largo etc.
Existe una necesidad
imperiosa de diagnosticar y según López Melero (2012), la concepción que
tenemos de diagnóstico no da la posibilidad a las personas de cambiar, es
fragmentario, determinista y clasificador. Está bien tener una ayuda para poder
orientarnos sobre las competencias cognitivas y culturales de los alumnos, pero
no para impedirles el desarrollo como personas.
Hemos empezado introduciendo la definición de la RAE, porque las
palabras que usa son objeto o
mercancía, y hasta donde sabemos, no queremos trabajar en una fábrica. Es
por ello que en esta sección vamos a diferenciar aquello que debe llevar o
lleva una etiqueta en las aulas.
López Melero, M. (2012). La escuela inclusiva: una
oportunidad para humanizarnos. Revista Interuniversitaria de Formación del
Profesorado, 131-160.
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